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Los colirios, sueros y lágrimas artificiales son algunos de los recursos más utilizados en el día a día. Sin embargo, existe una gran cantidad de tipos, según el uso o la funcionalidad de cada uno de ellos. Los ojos son muy delicados y pueden reaccionar de diversas formas frente a líquidos extraños. Por ello, en este post te contamos los principales tipos de colirios y cómo debemos usarlos para no dañar nuestra vista.

En primer lugar, diferenciaremos los términos utilizados anteriormente. La palabra ‘colirio’, solo hace referencia al tipo de composición que tiene el producto que nos aplicamos. Es decir, como tomarse una pastilla o colocarse un supositorio. Las lágrimas artificiales y el suero fisiológico, por ejemplo, ya son colirios en sí mismos. Sin embargo, estos dos últimos términos también se diferencian entre sí. El suero fisiológico se utiliza, principalmente, para mantener limpia la zona del ojo, sobre todo cuando existe algún tipo de infección que requiere una mayor higiene. Las lágrimas artificiales, por su parte, están más enfocadas a la hidratación de la zona interior. Se utilizan en patologías como el ojo seco, donde se necesita crear humedad de forma no natural.

El uso del suero suele estar limitado funciones antisépticas básicas. Por ejemplo, en caso de herida superficial o conjuntivitis, suele ayudar a la eliminación de bacterias y suciedad. No obstante, su alto contenido en sal puede causar una sequedad extrema en el interior del ojo, por lo que debemos hacer un uso responsable de este tipo de colirio.

Las lágrimas artificiales, además de ser un recurso imprescindible en el tratamiento de ojo seco, también puede ser útil en otras ocasiones, como:

  • Climas extremos de calor o frío
  • Frente a molestias por contacto directo con el aire acondicionado o la calefacción
  • Sequedad y picor al pasar mucho tiempo con pantallas digitales

¿Cómo aplicar los colirios?

El suero fisiológico es de fácil adquisición, a pesar de que existen diferentes marcas, la composición es prácticamente la misma. Podemos encontrarlos en farmacias, algunas perfumerías y supermercados. Las lágrimas artificiales, debido a que se usan de manera más continúa y para tratamientos específicos, debemos adquirirlas en la farmacia, comprando la marca que nos haya indicado el especialista o, en su defecto, pidiéndole recomendación al farmacéutico.

Todos los colirios cuentan con un prospecto adjunto en el interior de su embalaje. Es importante leerlo detenidamente para cumplir con las indicaciones y prevenir riesgos que puedan dañar de forma grave o permanente nuestra vista. Sin embargo, no suelen tener una aplicación difícil; deberemos sujetar nuestro ojo para que no se cierre involuntariamente y aplicar 2-3 gotas del líquido en cuestión (la cantidad y las veces al día dependerán del colirio que usemos).

Si tienes sequedad ocular o necesitas el uso de colirios, recuerda que puedes pedir cita y consultar a nuestros especialistas para un uso adecuado, eficaz y responsable de estos productos.