Logotipo nueva marca del Instituto Oftalmológico Recoletas.

La visión de un bebé atraviesa muchos cambios durante su primer año de vida. Saber qué esperar puede ayudarte a observar el desarrollo visual de tu hijo.

  • Los bebés son muy sensibles a la luz al nacer con lo que las pupilas están comúnmente más pequeñas. En unas semanas el tamaño se va normalizando.
  • Cualquier color anómalo de la pupila necesita una exploración oftalmológica en el momento que sea detectada.
  • El color del iris puede cambiar en los primeros meses de la vida. El tránsito desde los colores grisáceos al color definitivo se hace en los primeros meses de la vida.
  • El movimiento de los ojos suele ser en los primeros meses descoordinados, sin que ello signifique que el niño tenga un estrabismo, los ojos aún tienen que aprender a funcionar bien juntos. Sin embargo, si uno de los ojos de tu bebé se encuentra desviado constantemente o al menos lo percibes con mucha frecuencia, es recomendable una visita con su pediatra.
  • La vía lagrimal en algunos niños no se ha acabado de canalizar al nacimiento y pueden presentar lagrimeo e infecciones recurrentes. El masaje en la zona del hueso lagrimal puede ayudar a que se acabe de canalizar.
  • Un tamaño anormalmente grande de los ojos puede ser indicativo de que el niño tiene un glaucoma congénito.

Entre los dos y tres meses de edad los bebés empiezan a seguir objetos en movimiento con los ojos a medida que mejora su coordinación visual y, alrededor de los tres y cuatro meses de edad, tu bebé puede tener suficiente coordinación de ojo-mano como para golpear un objeto en movimiento.

Alrededor de los cinco meses de edad, la capacidad del bebé para ver ‘‘en profundidad’’ está en pleno desarrollo, y esto es evidente a medida que intentan coger objetos, más cercanos o más lejanos. También tienen una buena visión del color en este punto, aunque no tan desarrollada como en el adulto. En esta etapa, el bebé comenzará a reconocer a sus padres (les sonríe cuando entran en la habitación) y pueden ver objetos que estén a cierta distancia. Empiezan a reconocer y recordar objetos.

A partir de los 8 meses los bebés generalmente comienzan a gatear, y esto mejora aún más su coordinación ojo-mano.

A a los nueve meses de edad los bebés generalmente pueden juzgar las distancias bastante bien. También a los nueve meses el color de ojos de tu bebé será el definitivo, aunque no es raro que veas algunos cambios leves después.

A los doce meses, la mayoría de los bebés gatean e intentan caminar. Sus capacidades para apreciar distancias y profundidad están ya muy desarrolladas.