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La fatiga visual es frecuentemente motivo de consulta en las salas de Oftalmología y una molestia muy común en la actualidad. Cada día utilizamos durante horas los móviles y ordenadores, utilizando la visión próxima, y hacemos continuos cambios de enfoque cerca-lejos (por ejemplo, al conducir), de modo que nuestros ojos empiezan a sentir molestias y a resentirse. Es en este momento cuando aparece la fatiga visual, que es la respuesta del ojo frente al esfuerzo muscular excesivo.

 ¿Cuáles son los síntomas de la fatiga ocular?

Las molestias más comunes achacadas a fatiga ocular son:

  • Picor y enrojecimiento de ojos.
  • Sequedad ocular.
  • Visión borrosa y dificultad para enfocar.
  • Dolor de cabeza, especialmente localizado en la zona de los ojos.
  • Sensación de congestión en las cuencas de los ojos.

Aunque no se trata de una patología grave, sí puede producirnos más cansancio y estrés. En algunas ocasiones, la fatiga visual puede empeorar otro problema ocular de base, por lo que las revisiones oftalmológicas son esenciales.

¿Es posible prevenir la fatiga visual?

Aunque la fatiga visual puede estar causada por varios factores, es posible que mejore o incluso que consigamos evitarla siguiendo estos consejos:

  • Tener la luz adecuada para realizar cada actividad. Es necesario ajustar el brillo de las pantallas y mantener una iluminación correcta al leer, ver la televisión, etc.
  • Realizar descansos, sobre todo cuando empecemos a notar cansancio o mayor frecuencia de parpadeo. Podemos dejar lo que estamos haciendo durante unos segundos y mirar más allá de la pantalla (por ejemplo, una pared o una ventana).
  • Mantener lubricados los ojos para evitar la sequedad ocular. Podemos parpadear para obtener lubricación natural o usar lágrimas artificiales.

¿Cómo aliviar la fatiga visual?

Como ya hemos comentado, lo mejor es prevenir la fatiga visual realizando descansos con la regla del 20: cada 20 minutos mirando a 20 metros durante 20 segundos. Si sentimos mucha molestia y sensibilidad a la luz, podemos hacer el descanso tapando los ojos o incluso apartándonos en una habitación oscura. También resultará de ayuda aplicar algodones o paños húmedos con agua fría.