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Ojos en tiempos de mascarillas

Cuidado de los ojos con el uso de mascarillas. Instituto Oftalmológico Recoletas. IOR

Cuidado de los ojos con el uso de mascarillas. Instituto Oftalmológico Recoletas. IOR

Desde que es obligatorio utilizar la mascarilla, durante tanto tiempo, con la crisis del coronavirus, muchas personas se quejan de que se les secan los ojos, se les ponen rojos, les escuecen, les cuesta leer… Especialmente les ocurre si ya tenían algún problema previo, como síndrome de ojo seco (independientemente de su causa) o pterigión (telilla blanquecina que invade la parte anterior del ojo).

Desde que empezó la pandemia, en el IOR no dejamos de ver en consulta a pacientes que padecen estos problemas, y que, además de la incomodidad que suponen, les afectan estéticamente, porque se ven los ojos rojos casi todo el tiempo. Y cierto es que poco más que nuestra mirada podemos enseñar… Ya bastante tenemos con que se nos empañen los cristales de las gafas y se corra el maquillaje por el vaho.

¿Por qué ocurre esto?

Imaginemos que tendemos ropa recién sacada de la lavadora y hace viento. Comprobaremos que las prendas se secan con más rapidez que si no hiciera aire. Así es que, las personas que tienen la humedad de sus ojos comprometida empeoran cuando hace viento, están expuestas al aire acondicionado o actualmente sufren el flujo de aire que se escapa de las mascarillas. De este modo, la consulta de Oftalmología se llena de ojos irritados de forma indirecta por las mascarillas.

¿Se puede remediar de alguna forma?

Se pueden intentar varias cosas, partiendo de una mascarilla de nuestra talla que sea apropiada para nuestra cara. Además, no sólo mejoraremos la irritación ocular, pues también se reducirá el empañamiento de las gafas y el maquillaje aguantará mejor en su sitio, sin necesidad de usar uno resistente al agua.

  1. Ajustar bien la tira metálica. Es fundamental, ya que al adecuarla a la forma de nuestra nariz no sólo la hacemos más cómoda, sino que disminuimos en parte el flujo de aire que se escapa hacia arriba. Si tus mascarillas no tienen esto, puedes cambiarlas por unas que sí o se la puedes colocar. Hay tiras de aluminio que se pueden comprar y, en caso de necesidad, hasta el alambre del pan de molde puede servir.
  2. Tapar los huecos. Si lo primero no es suficiente (no suele serlo desgraciadamente) la forma de aproximar la mascarilla al perfil de nuestra cara es colocar alguna tira de espuma o material similar, que selle los huecos que se producen a cada lado de la nariz. Algunas mascarillas quirúrgicas ya disponen de esto (las suelen utilizar cirujanos con gafas para evitar el empañamiento de éstas). Pero a la inmensa mayoría habrá que colocarles una tira de espuma por dentro, que también hay a la venta.
  3. Pegar con esparadrapo. Esta opción sella eficazmente, pero puede provocar irritación en la piel e incluso producir retracción hacia abajo del párpado inferior, si no se coloca bien o en personas con los párpados flácidos. Así que es mejor usar un producto hipoalergénico, si tenemos la piel delicada, y colocarlo con cuidado y sin tirar de los párpados.

Es muy importante que la mascarilla no nos resulte incómoda, ya que así evitaremos tocarla continuamente y que el coronavirus no pase de nuestras manos a nuestros ojos.

Y si sigues mal…

Ocasionalmente no se pueden aplicar estas medidas o es demasiado tarde. En estos casos lo mejor es acudir al oftalmólogo. Acudiendo a la consulta se puede apreciar si la superficie de los ojos está inflamada o si hay pequeñas heridas fruto de la sequedad. Incluso el profesional valorará la estabilidad de nuestros párpados por si han quedado mal posicionados. También es posible verificar si hay factores que empeoran la situación, como una blefaritis (disfunción de unas glándulas de los párpados) o un síndrome de fatiga visual por abuso de pantallas de visualización de datos (ordenador, tableta o móvil), por poner unos ejemplos frecuentes. Además aumentan las probabilidades de tener infecciones en los ojos. Según cada caso, el oftalmólogo recomendará un tratamiento u otro (como lágrimas artificiales, ejercicios de parpadeo…)1, para hacer más llevadera esta situación y seguir teniendo unos ojos sanos y una mirada bonita.

Como siempre, ante cualquier duda o inquietud sobre salud oftalmológica, no dudes en contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.

Dra. Díaz Cabanas – Oftalmóloga en el IOR

 

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