El control de la miopía es un tema fascinante y que afecta en la calidad de vida de los pacientes que la sufren.
La prevalencia de la miopía está incrementando en la población de una manera constante y notable. En el año 2010 el 27% de la población era miope. Con la tendencia actual, se calcula que en el año 2050, el 50% de la población mundial padecerá este defecto refractivo.
Por ello, desde el IOR os invitamos a que sigáis leyendo nuestro post de hoy. En este, os explicamos en qué consiste la miopía y como llevar a cabo un correcto control de la misma.
¿Qué es la miopía?
La miopía es uno de los problemas refractivos más comunes. Consiste en la dificultad de ver con nitidez los objetos lejanos, es decir, este defecto de refracción se da cuando se perciben imágenes borrosas de los objetos lejanos. Suele afectar a los dos ojos pero sin necesidad de tener que ser idéntica en ambos.
La causa de este desenfoque es por la generación de la imagen delante de la retina, generalmente, ocasionada por un crecimiento mayor del ojo. También puede estar originada por un incremento del poder refractivo de las estructuras oculares. La miopía puede asociarse con otros problemas refractivos como el astigmatismo o la presbicia.
Los síntomas de miopía suelen presentarse en la infancia e ir aumentando con el paso de los años. No es una enfermedad asociada a un rango de edad concreto, aunque suele estabilizarse sobre los 25 años.
Esta patología puede compensarse mediante el uso de gafas o lentillas y de forma quirúrgica mediante la cirugía refractiva.
¿Cómo prevenir el aumento de la miopía?
La actividad al aire libre, al menos dos horas diarias en niños, parece ser un factor de prevención en la aparición de la miopía.
Una vez que la miopía ya ha aparecido, existen diferentes formas de intentar el control de la miopía en niños.
La importancia de este control es porque, los cambios en las estructuras oculares son mayores cuanto mayor es el número de dioptrías. Es por ello, que el intento de frenar o minimizar la evolución de la miopía, es crucial.
Los métodos farmacológicos y ópticos, que han demostrado su eficacia en el control de la miopía son:
- Fármacos: El uso de colirios ciclopléjicos, en concreto de atropina a dosis muy bajas (0,01%), es uno de los métodos más empleados en el control de la miopía. Este método obliga a seguir usando gafas o lentillas para corregir el defecto de refracción de la miopía.
- Ortoqueratología: el uso de lentes Orto-K consiste en la utilización de unas lentes de contacto durante la noche para moldear la curvatura de la córnea, de manera que, al retirarlas por la mañana, puedes disfrutar de la visión sin usar gafas ni lentes de contacto. Tras unas 20 horas desaparece su efecto y la córnea vuelve a su forma habitual.
- Lentes blandas con desenfoque periférico: el uso de estas lentes permite tener una buena visión durante el día mientras se llevan puestas las lentillas y, a la vez, consiguen un efecto de control de la miopía.
- Gafas con desenfoque periférico: de manera similar a las lentes de contacto de desenfoque periférico su uso permite el control de la progresión de la miopía a la vez que compensan el error de refracción.
El oftalmólogo, tras la correcta exploración del paciente, informa cual es el método ideal para intentar frenar o minimizar la progresión de la miopía, de acuerdo a las características del ojo.
Dicho esto, desde el IOR recomendamos que, ante cualquier defecto visual o la presencia de cualquier tipo de síntoma, se debe acudir a un especialista para examinar de forma personaliza el caso.
Somos un Instituto Oftalmológico formado por un amplio cuadro médico de profesionales, especializados en diferentes áreas como oftalmología pediátrica, cirugía refractiva e incluso con una unidad de Catarata Center.
Recuerda que puedes contactar con nosotros para mayor información y pedir cita para realizarte una revisión oftalmológica.