Hipertensión ocular
Hipertensión ocular
¿Qué es?
La hipertensión ocular ocurre cuando la presión intraocular supera el rango que se considera normal y excede los 21 mm Hg.
El aumento de la presión intraocular el principal factor de riesgo para desarrollar glaucoma. La hipertensión ocular hace referencia a una presión intraocular alta pero con un nervio óptico sano, mientras que en el glaucoma el nervio óptico sufre un daño, que puede cursar con presión intraocular normal o alta, y va acompañado de alteraciones en la campimetría e, incluso, de visión central en casos avanzados de la enfermedad.
Causas
La hipertensión ocular está provocada por una ruptura del equilibrio entre la producción y la eliminación del humor acuoso, lo que deriva en un aumento de la presión intraocular.
Cualquier paciente que padece hipertensión ocular puede tener una mayor posibilidad de desarrollar glaucoma en casos como personas con antecedentes familiares de hipertensión ocular o glaucoma, mayores de 60 años, diabéticos, miopes o hipermétropes altos, pacientes con traumatismos oculares previos, algunas enfermedades oculares, la raza negra o asiática.
¿Cómo se puede prevenir?
La hipertensión ocular no se puede prevenir, pero sí se puede detectar de manera precoz mediante revisiones periódicas, sobre todo en los pacientes con alto riesgo, e intentar evitar que se produzcan daños en el nervio óptico con los tratamientos que sean precisos
Síntomas
El aumento de la presión intraocular no cursa con síntomas de manera habitual salvo si ocurre de una manera aguda y con cifras muy elevadas.
La revisión oftalmológica completa con la medición de la presión intraocular es la única manera de detectarlo antes de que sea demasiado tarde.
Si la hipertensión ocular acaba causando daño en el nervio óptico, es decir, cuando hay un glaucoma, los síntomas pueden no estar presentes hasta etapas avanzadas.
Tratamientos
La hipertensión ocular se trata en el momento en el que su oftalmólogo considera que las cifras de tensión ocular pueden ser perjudiciales para el nervio óptico.
Los tratamientos siempre son personalizados y dependen de el estado de la función visual.
El tratamiento más habitual es con colirios hipotensores oculares.
Una hipertensión ocular aguda puede necesitar una iridotomía realizada con láser YAG para evitar el daño en estructuras como la córnea, el iris, el cristalino o el nervio óptico.
