En los últimos diez años se han multiplicado por 8 los casos de desprendimiento de retina. El Ministerio de Sanidad en 2011 informaba de 17.000 casos, y el último dato de 2020 refleja 133.000 afectados.
Se trata de una enfermedad repentina y grave, que cada vez perjudica a un número mayor de la población.
¿Qué es exactamente un desprendimiento de retina?
El desprendimiento de retina consiste en la separación de ésta del resto de las capas concéntricas del ojo, ocasionado, en la mayoría de las veces, por uno o varios agujeros en la retina y en un porcentaje menor por una tracción, inflamación o tumor intraocular.
Esto supone un problema porque la retina es la encargada de trasformar la luz y las imágenes que entran en el ojo en señales nerviosas que son enviadas al cerebro. Si no se pone rápida solución al desprendimiento puede ocasionar la pérdida parcial o total de la visión.
¿Qué síntomas de desprendimiento de retina?
- Moscas volantes
- Destellos luminosos
- Cortina oscura que va tapando la visión
- Visión de imágenes distorsionadas
- Pérdida de visión central
Si tienes alguno de estos síntomas, acude cuanto antes a un especialista, puedes pedir cita aquí con el Instituto Oftalmológico Recoletas.
¿Cómo se vuelve a colocar la retina en su lugar?
Para recolocar la retina en su lugar, existen diversos procedimientos que se realizarán en función del tipo, localización, tamaño y tiempo de evolución del desprendimiento y del estado general del paciente.
Las diferentes técnicas son:
- Vitrectomía: Es una técnica quirúrgica en la que se sustituye el humor vítreo por suero, gases o aceite de silicona para poder así recolocar la retina, actuando desde el interior. Se puede asociar con el resto de las técnicas.
- Indentación escleral: Consiste en la aplicación de un implante sobre la esclera que provoca un abombamiento local de la pared ocular hacia el interior del ojo aproximándola a la retina. Al igual que la anterior, se puede asociar con el resto de las técnicas.
- Criopexia: Es la aplicación de frío a través de una sonda que se pone en contacto con la esclera con el objeto de crear una cicatriz que suelde la retina a la coroides y tapone el agujero causante del desprendimiento.
- Fotocoagulación láser: Consiste, al igual que el frío, en la creación de una cicatriz coriorretiniana que tapone el agujero o desgarro retiniano; pero en este caso es mediante una quemadura originada por el láser. Se puede aplicar asociado a la vitrectomía o mediante lentes especiales desde el exterior del ojo.
- Inyección intraocular de gas: Se inyecta dentro del ojo una pequeña cantidad de gas que forma una burbuja que empuja la retina aplicándola a la coroides para facilitar su adherencia. Se acompaña de un tratamiento postural y se suele asociar a fotocoagulación o criopexia.
¿Qué tipo de anestesia se utiliza en una operación ocular para recolocar la retina?
La elección de la anestesia, que puede ser general o local (inyección de anestésico local retrobulbar o peribulbar), va a depender de varios factores como pueden ser: el estado general del paciente, la técnica quirúrgica a emplear y/o la duración de la intervención.
¿Qué efectos tiene esta cirugía ocular?
- Inflamación del ojo
- Si la respuesta es buena, recuperación progresiva de la vista
- En los casos de inyección de gas intraocular, el paciente deberá de mantener cierta posición tras la cirugía.
¿Cuánta visión voy a recuperar?
El grado de visión final dependerá de varios factores, siendo el pronóstico peor en los casos que exista afectación de la mácula, la retina haya estado desprendida durante un largo periodo de tiempo, exista proliferación vitreorretiniana o se hayan necesitado más intervenciones para aplicar la retina, con relativa frecuencia, se requiere más de una intervención.