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Una de las preguntas más frecuentes en la consulta de Oftalmología es cuándo podemos utilizar las lágrimas artificiales en los ojos. Mucha gente las utiliza para aliviar molestias oculares o mantener los ojos húmedos y son un remedio eficaz en determinadas situaciones.

Aunque debe ser tu oftalmólogo el que te indique de forma personalizada si las necesitas y cuántas veces al día puedes usarlas según tus circunstancias concretas, vamos a abordar este tema en profundidad para resolver algunas dudas.

¿Qué son las lágrimas artificiales?

Las lágrimas artificiales son un producto sanitario que sirven para suplir la lágrima natural y aliviar la sequedad ocular. Las puedes encontrar en farmacias o centros ópticos sin receta y existe una gran variedad de lágrimas artificiales, aunque la mejor opción son aquellas sin conservantes.

¿Cuándo usar lágrimas artificiales?

En general, las lágrimas artificiales se usan cuando el paciente presenta síntomas de ojo seco, es usuario de lentillas, trabaja con pantallas durante largos periodos de tiempo o en casos de alergia.  También se recomiendan en el postoperatorio de una intervención ocular (cataratas, presbicia, cirugía refractiva…) así como en entornos de clima frío y seco o con presencia de aire acondicionado.

Otros situaciones frecuentes en las que se aplican las lágrimas artificiales son:

  • Fatiga ocular: ayudan a relajar y refrescar los ojos.
  • Presencia de cuerpos extraños: evitan lesiones a la hora de extraer o limpiar cualquier partícula como arena o polvo del ojo.
  • Higiene: a lo largo del día, los ojos acumulan partículas que pueden irritarlos, especialmente en el caso de usar lentillas.
  • Reducción del roce interno: puede haber zonas inflamadas en el globo ocular debido a una intervención, un traumatismo o una infección.

Recuerda que antes de aplicarla hay que lavarse las manos y evitar el contacto entre el ojo y la punta del envase de cara a evitar infecciones. Lo más recomendable es usar las lágrimas 2 o 3 veces al día. Sin embargo, en caso de padecer ojo seco o tras una intervención es fundamental seguir las indicaciones del especialista. Si tienes cualquier duda al respecto, no dudes en contactar los profesionales del IOR.