Las legañas son acumulaciones de lágrima seca y células epiteliales muertas que producen las glándulas de mucosas de la conjuntiva. Lo más frecuente es que se formen durante la noche al disminuir el parpadeo y la producción de lágrima acuosa. Pueden ser húmedas, secas e incluso formar costar y, a priori, no deberían ser motivo de preocupación. Sin embargo, si detectamos mayor cantidad, algún cambio en su consistencia o en su color, picor o dolor es recomendable consultar al oftalmólogo. Las legañas podrían ser indicativo de que estamos sufriendo una infección o enfermedad ocular.
Algunos trastornos oculares que ocasionan legañas
- Conjuntivitis: se trata de una inflamación de la conjuntiva bastante frecuente que produce enrojecimiento, picor y sensación de arenilla o cuerpo extraño en el interior del ojo. Suele ir acompañada de secreción blanca o amarilla que se deposita en las pestañas mientras dormimos. Pueden verse afectados uno o los dos ojos y las conjuntivitis infecciosas se trasmiten por contacto directo, por lo que es clave prestar más atención a la higiene para evitar que la infección empeore.
- Blefaritis: la blefaritis es una infección en los folículos de las pestañas o en el borde de los párpados. Si detectas mayor cantidad de legañas en esa zona puede ser síntoma de padecer blefaritis. En este caso, debes acudir al oftalmólogo para que paute el tratamiento más adecuado y evitar su proliferación.
- Orzuelo: el orzuelo es algo similar a un granito que aparece en la línea del párpado. Además del aumento de legañas, que podrían generar costras, puede ir acompañado de sensibilidad en la zona, hinchazón en el párpado e incomodidad al pestañear.
- Sequedad ocular: el síndrome de ojo seco es una patología producida por la falta de lubricación ocular. Pasar mucho tiempo delante de pantallas, en ambientes con aire acondicionado o sistemas de calefacción e incluso los cambios hormonales provocan sequedad ocular que podría derivar en la presencia de legañas.
- Úlcera corneal: se trata de una lesión en la córnea que conlleva un gran riesgo en caso de no tratarla a tiempo, ya que puede llegar a causar la pérdida de visión. Puede estar provocada por traumatismos en el ojo y la legaña suele ir acompañada de enrojecimiento, hinchazón y dolor.
Las legañas en los ojos suelen ser bastante inofensivas, pero si sospechas que puede tratarse de una patología más grave debes pedir cita al oftalmólogo. Los especialistas del IOR analizarán tu caso concreto para aplicar el mejor tratamiento. La higiene de manos te ayudará a prevenir infecciones oculares, y si sufres alguna recuerda no maquillar tus ojos y evitar el uso de lentillas.